“Mami”, me pregunt贸 mi hija de 10 a帽os recientemente mientras camin谩bamos a casa, con las compras de la comida de la primera semana de clases. “驴Crees que es correcto que la mam谩 de Pam siempre haga eso?”.
“驴Que haga siempre qu茅, cari帽o?”.
“Desde el k铆nder, ella siempre se asegura de que Pam tenga determinado maestro”.
En las 煤ltimas semanas de verano, mi hija ha escuchado lo suficiente en la escuela como para saber que muchos padres est谩n esperando ansiosamente saber qui茅nes ser谩n los maestros de sus hijos. Tambi茅n sabe (de las conversaciones con sus compa帽eros) que algunos padres parecen no esperar a que se tomen esas decisiones sino que ellos imponen qui茅nes ser谩n los maestros.
Sin saber qu茅 decir, me equivoqu茅. 鈥淟a madre de Pam est谩 muy involucrada en la educaci贸n de sus hijos”.
“Pero mami, esa no es mi pregunta. 驴Crees que eso es correcto?”.
Solamente mi hija puede hablar de un tema delicado mientras caminamos a trav茅s del tr谩fico de cuatro carriles cargando m谩s de 50 libras de frijoles pintos y manzanas pippin.
Como padres en una gran ciudad con una loter铆a escolar competitiva, sabemos la importancia de elegir la escuela adecuada para nuestros hijos. Examinamos los resultados de los ex谩menes y las pinturas hechas con los dedos en los pasillos de las visitas escolares. Entonces comienza la escuela y, de repente, nos damos cuenta de que en el asunto m谩s importante 鈥 con qu茅 maestros pasan nuestros hijos una gran parte de su d铆a 鈥 no estamos involucrados en absoluto.
Por qu茅 es importante tener buenos maestros
Investigaciones apoyan la idea de que deber铆amos preocuparnos por qui茅n le ense帽a a nuestros hijos. Un estudio de maestros de Tennessee encontr贸 que despu茅s de tres a帽os consecutivos, los estudiantes con maestros de bajo rendimiento obtuvieron 50 puntos percentiles menos que estudiantes similares con maestros de alto rendimiento.
El economista educativo Eric Hanushek, de la Universidad de Stanford, descubri贸 que los estudiantes que tienen un maestro que se ubica entre el 5 por ciento de los mejores, obtuvieron un a帽o y medio de aprendizaje. Aquellos con maestros ubicados en el 5 por ciento del nivel m谩s bajo aprendieron solo medio a帽o en correspondencia con el material. Los educadores m谩s efectivos pueden proporcionar a los ni帽os hasta dos grados de aprendizaje, mientras que con los maestros menos efectivos, los estudiantes generalmente ganan solo medio a帽o.
Una nueva por el L.A. Times sugiere que los padres deber铆an preocuparse a煤n m谩s sobre qui茅n ense帽a a sus hijos que a qu茅 escuela asisten. Despu茅s de evaluar una medida de la efectividad de los maestros, el Times descubri贸 que 鈥渓a calidad de la instrucci贸n t铆picamente var铆a mucho m谩s dentro de una escuela que entre escuelas鈥. En otras palabras, hay buenos maestros 鈥 y malos 鈥 en todo tipo de escuelas. Poner a tu hijo en manos de buenos maestros puede hacer una diferencia duradera.
驴C贸mo debieran actuar los padres?
Sin embargo, no sab铆a c贸mo responder a la pregunta de mi hija. En nuestra escuela primaria, tales solicitudes se llevaron a cabo en privado y fueron desalentadas p煤blicamente 鈥 el peque帽o secreto de los padres altamente involucrados. Pero, 驴qu茅 tiene de malo que un padre haga lo correcto por su hijo? 驴No es eso lo que esta naci贸n necesita para mejorar la educaci贸n p煤blica: un ej茅rcito de padres empe帽ado en mejorar el aprendizaje de los estudiantes, un estudiante a la vez?
En busca de otras opiniones e historias personales que pudieran aclarar mi confusi贸n, encuest茅 a una variedad de padres, administradores y maestros con algunas preguntas simples: 驴Deben los padres manifestar su opini贸n acerca de las tareas de clase? Si es as铆, 驴deber铆a ser un proceso formal que invite a todos los padres a describir las necesidades de aprendizaje de sus hijos? 驴O es este otro caso de padres entrometidos que impiden que los educadores hagan su trabajo?
驴Es una buena pr谩ctica de crianza o es agresivo?
Sorprendentemente, el problema no involucr贸 a educadores y padres.
“Creo que los padres deber铆an no entrometerse y dejar que sus hijos gu铆en sus experiencias escolares para que puedan construir su independencia y confianza”, dice Leslie Komet Ausburn, una madre de San Antonio.
Julie Malling, madre de un nuevo estudiante de k铆nder en Long Beach, California, hace eco de esto. 鈥淧ersonalmente, deseo que los padres simplemente dejen de hacer esto; me vuelve un poco loca. Me propuse no hablar de esto delante de mi hija porque no quiero que desarrolle ansiedad sobre si tiene o no ‘al mejor maestro'”.
En contra de los consejos de otros padres, Malling dice que decidi贸 no solicitar un maestro para su hija, pero ahora a veces duda de s铆 misma. “Desear铆a poder decir que decid铆 eso y nunca vacil茅, pero a煤n me pregunto si tom茅 la decisi贸n correcta. Mi hija tiene un maestro que no era uno de los m谩s populares”.
Para algunos no es la participaci贸n de los padres, sino la desigualdad la que perpet煤a. “Es una pendiente resbaladiza”, afirma Susie Siegel, una maestra de k铆nder en San Francisco. 鈥溌縌u茅 hay sobre los padres que sienten que no pueden dar su opini贸n?鈥. Siegel aboga por 鈥渞eglas consistentes鈥. De lo contrario, dice, 鈥渟i solo las familias empoderadas hablan鈥, entonces los ni帽os cuyos padres no se quejan constantemente 鈥 o no saben que pueden hacerlo 鈥 no tienen suerte.
Ella tambi茅n sostiene que las solicitudes de colocaci贸n de maestros pueden basarse en rumores en lugar de hechos. “Puede ser f谩cil comenzar a estereotipar a los diferentes maestros: ‘los acad茅micos’ o ‘los art铆sticos’ o ‘los malos'”. O esto o aquello.
Sin embargo, los padres que compiten por los maestros son un problema que muchos directores pueden enfrentar cada vez con m谩s frecuencia. Como los problemas presupuestarios obligan a los padres a pagar las facturas de los componentes educativos b谩sicos, como bibliotecas, educaci贸n f铆sica y laboratorios de computaci贸n, m谩s escuelas necesitan convertirse en “escuelas de alta participaci贸n”. A su vez, las escuelas pueden necesitar adaptarse a las pol铆ticas que explican el aumento de la participaci贸n de los padres (y el consecuente derecho).
“La PTA (Asociaci贸n de Padres y Maestros, por sus siglas en ingl茅s) paga por el bibliotecario de la escuela y creo que tambi茅n paga por el asistente en el laboratorio de computaci贸n, entre otras cosas”, dice Malling. “Creo que la tendencia a solicitar ciertos maestros podr铆a ser solo el comienzo”.
Distinguir entre deseos y necesidades
De hecho, algunas escuelas con padres altamente involucrados ya han desarrollado pol铆ticas que invitan y limitan la opini贸n de los padres en las colocaciones de los maestros. La escuela primaria Miraloma en San Francisco, una escuela legendaria por la intensa participaci贸n de los padres, les permite escribir una nota sobre sus hijos y sus necesidades, pero no pueden mencionar a los maestros por su nombre.
En la escuela primaria Leeds en Leeds, Massachusetts, los padres completan un formulario sobre los estilos de aprendizaje de sus hijos, pero no sobre un maestro determinado. “Los padres con experiencia obtendr谩n la primicia sobre qui茅nes ser谩n los posibles maestros y manipular谩n su formulario para asegurarse de obtener a determinado maestro”, explic贸 un ex padre que solicit贸 ser an贸nimo. 鈥淪i hubiera tres posibles maestros y quieres a uno que todos dicen que es mejor, debes fijarte en las cualidades que ese maestro tiene. Digamos que el maestro utiliza la m煤sica y realiza muchas excursiones 鈥 escribir谩s en el formulario que tu hijo es un aprendiz “pr谩ctico” que aprende mejor a trav茅s de las artes . Si uno de los otros maestros ( uno que no quieres para tu hijo) es super organizado y sigue un plan, agregar谩s que tu hijo es creativo y necesita estar con un maestro que sea flexible y no muy organizado”.
Algunos educadores diferencian entre peticiones leg铆timas e ileg铆timas. L. L. Brown, un profesor de ingl茅s de secundaria y preparatoria en Tulsa, Oklahoma, piensa que intentar obtener a un maestro que 鈥渄a buenas calificaciones o es popular debido a las relaciones p煤blicas鈥 no es una solicitud leg铆tima.
驴Cu谩l es una solicitud leg铆tima? Una que combina personalidades y estilos de aprendizaje.
Pero algunos argumentan que las escuelas p煤blicas deber铆an alentar solo este tipo de participaci贸n de los padres. “Yo apoyo esta pr谩ctica, aunque muchas de las escuelas en nuestro distrito no quieren la participaci贸n de los padres”, dice Lisa Graff, una consejera de la escuela intermedia Abbott en Orchard Lake, Michigan, que estaba procesando unas 250 solicitudes para el pr贸ximo a帽o. “Si una familia ha tenido una experiencia positiva o negativa con el maestro de un ni帽o mayor, es mejor poner atenci贸n a esto. Creo que las escuelas p煤blicas deben ser competitivas con las escuelas privadas, y debemos aumentar la participaci贸n y la posesi贸n familiar”.
Los padres que se quejan consiguen al mejor maestro
Como muchos padres, al principio tom茅 la pol铆tica de nuestra escuela con respecto a los posicionamientos de los maestro por su valor aparente. Las preferencias de los padres no formaban parte de la ecuaci贸n. Luego observ茅 c贸mo algunos padres 鈥 que generalmente son los m谩s involucrados, conocedores y, para ser honestos, generosos con su propio tiempo y dinero 鈥 operan en el sistema. 驴Su meta? Dirigir los recursos educativos m谩s valiosos 鈥 los buenos maestros 鈥 hacia sus hijos. Mientras tanto, mi hija mayor ten铆a un par de maestros deficientes, y para el quinto grado, los hijos de los padres que se quejan constantemente 鈥 incluso aquellos ni帽os que una vez hab铆an sido identificados con problemas de aprendizaje 鈥 estaban leyendo, escribiendo y calculando c铆rculos alrededor de mi hija.
Ahora, por segunda vez con mi hija menor, que acaba de comenzar la escuela primaria, soy menos propensa a mantener en silencio mis preferencias. S茅 que no puedo tomar la decisi贸n, pero no s茅 c贸mo mi silencio le ayuda a mi hija o a la escuela si tengo una opini贸n firme sobre cu谩l ser铆a el mejor maestro
para mi hija.
Tal vez esto me convierta en una de esas madres que se quejan todo el tiempo y de las cuales mi hija mayor cuestiona su moralidad. Pero si el trabajo de nuestro director es equilibrar el g茅nero, el origen 茅tnico y otras variables demogr谩ficas similares, el m铆o es considerar qui茅n ayudar谩 a dos ni帽as peque帽as a aprender lo mejor posible con el aumento en el tama帽o de las clases, los presupuestos que desaparecen y la creciente evidencia de que los maestros hacen toda la diferencia.
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